Contrariamente a lo que podría pensar, “verano” no siempre rima con “vacaciones” para nuestro cuerpo. Sesiones de bronceado intensivo en la playa o paseos con tacones pueden convertirse en verdaderos calvarios para nuestras piernas. Entonces ¿Qué podemos hacer para disfrutar del verano cuidando la salud de nuestras piernas?.
Durante las vacaciones de verano es difícil resistirse a la tentación de tumbarse en la tumbona o en la toalla al sol. Sin embargo, numerosos estudios demuestran que el sol es un agente particularmente agresivo para nuestras piernas. Las venas se dilatan y las válvulas no pueden realizar correctamente su función de cierre. Resultado: la sangre se estanca y las piernas y tobillos se hinchan.
Mejor un baño en el mar que tomar el sol
En la playa, mejor practicar un deporte que el “vuelta y vuelta” en la toalla. Natación, pasear, la cometa, paletas, etc. son deportes que permiten a las piernas el mantener cierta movilidad que estimule los músculos de las pantorrillas, ayudando así a la sangre a subir desde los pies hacia el corazón.
También es fundamental, mantener las piernas frescas el mayor tiempo posible. No dudéis en mojar las piernas en el agua tras uno de los paseos cotidianos. Intentar masajear las piernas con un chorro de agua fría para estimular la circulación sanguínea y tonificar las venas.
Por la misma razón, mejor recurrir a cremas depilatorias que a la cera caliente, muy agresiva para las venas. El dolor de piernas será menor. Por último, elegir ropa cómoda y amplia que ayude a mantener cierto estado de frescos en las piernas a lo largo de todo el día
Una alimentación sana
Existen numerosos alimentos que pueden ayudar a mantener la solidez del sistema venoso. Basta con aumentar la ingesta de alimentos que contengan antioxidantes. Protegen los vasos sanguíneos de manera eficaz y evitan que aparezcan lesiones en las venas. Los antioxidantes se presentan bajo diferentes formas: pimientos, tomates, fresas, cítricos, etc. Aprovechar los calores del verano para tomar gazpacho, salmorejo, una ensalada con un chorro de aceite de oliva y algunas nueces, etc.
Para preservar la masa muscular y así facilitar el retorno venoso, incluir en vuestra dieta carne y huevos, ricos en proteínas. Por el contrario, evitad en todo lo posible las grasas, la sal y el tabaco, ya que son un verdadera pesadilla para el conjunto del sistema sanguíneo.
Clínica Sacher.
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